El mantenimiento de nuestro sofá incluye hacer limpiezas a fondo con cierta periodicidad. Es una tarea que a todos nos resulta tediosa, pero es necesaria para que luzca como nuevo por mucho tiempo.
En este artículo queremos contarte cómo limpiar cada tipo de sofá de la manera más efectiva y rápida, y, sobre todo, sin dañar la tapicería.
Sofás con fundas
Si el sofá es totalmente desenfundable, el trabajo de limpiarlo es muy sencillo. Simplemente debemos retirar las fundas e introducirlas en la lavadora siguiendo siempre las instrucciones del fabricante: revisa la etiqueta que te indica la temperatura máxima a la que puedes lavarla y si admite secadora o no. En caso de no cumplir las indicaciones, podrías dañar la tela o, incluso, hacer que encogiera, con lo que ¡no podrías volver a colocarla en el sofá!
En el caso de que el sofá tenga alguna mancha de importancia, lo más aconsejable es tratarla previamente con algún producto quitamanchas. Antes de hacerlo, comprueba que el producto no dañe la funda, probándolo en algún lugar que no se vea cuando esté colocada en el sofá.
Sofá de tela sin fundas
Cuando nuestro sofá no es desenfundable, la tarea se complica un poco más, pero siguiendo unos sencillos pasos conseguiremos que vuelva a quedar como nuevo. En primer lugar, pasa la aspiradora por toda la superficie, sin olvidar debajo de los cojines y en los recovecos donde es más probable que se acumulen el polvo y los restos de suciedad.
Si existen manchas persistentes, prueba con quitamanchas en seco y evita los líquidos, ya que los sofás tardan mucho en secarse y la humedad acumulada puede dañarlos. Como hemos dicho más arriba, prueba el producto antes en partes no visibles del sofá para comprobar si destiñe o daña la tela.
Tras estos pasos, el sofá ya debería estar impecable, pero si por el uso la tapicería ha acumulado mucha suciedad, puede que con el aspirador no sea suficiente. En este caso, puedes probar con productos específicos para limpieza de tapicerías, que habitualmente se aplican mediante un spray por toda la superficie del sofá, se dejan actuar y se aspiran. Siempre debemos asegurarnos de que son compatibles con el tejido de nuestro sofá antes de aplicarnos. En caso de duda, lo mejor es consultar al fabricante o recurrir a un servicio profesional.
Limpiar un sofá de piel
Para limpiar un sofá de piel debemos aspirarlo con un cepillo suave, que no dañe la superficie y, si no está muy sucio, a continuación pasamos un trapo mojado en agua no calcárea y bien escurrido, para no empapar la superficie.
En principio con esto debería bastar. Si aún quedaran manchas o suciedad acumulada, debemos utilizar un producto específico para piel. ¡Ojo! No todas las pieles son iguales, por lo que no sirve cualquier limpiador; consulta al fabricante o al vendedor, ellos sabrán aconsejarte. Si utilizas un producto inadecuado, podrías dañar la piel para siempre.
Por último, puedes dar brillo a la piel con un acondicionador para piel, que la nutra e hidrate; de nuevo, hay cientos de productos diferentes en el mercado, por lo que la mejor opción es consultar al fabricante sobre los más adecuados para nuestro sofá.
Qué hacer cuando se derrama algo
Para mantener el sofá como nuevo durante mucho tiempo, es recomendable que tratemos las manchas en el mismo momento en que se produzcan.
Si se derrama un líquido sobre nuestro sofá, tanto si es de tela como de piel, lo mejor es poner un papel de cocina o un trapo limpio y seco. Es importante en este punto no frotar, ya que podríamos extender la mancha. En caso de que se haya derramado aceite o una sustancia grasa, utiliza sal para absorber el líquido y aspíralo posteriormente.
Tras retirar el líquido, observaremos si quedan manchas y las trataremos con un quitamanchas en spray de inmediato -esto en el caso de la tela; si fuese piel, limpiar solo con agua y jabón neutro-. Si no disponemos de uno, podemos hacer uno casero, mezclando una buena cantidad de líquido lavavajillas con agua; aplicaremos la espuma resultante de la mezcla (nunca el agua, para no empapar innecesariamente nuestro sofá) sobre la mancha y frotaremos con un trapo o un cepillo suave. Dejaremos secar y, si quedan residuos secos, aspiraremos.
Siguiendo nuestros consejos, seguro que consigues tener tu sofá como nuevo para disfrutar de él durante un montón de años.